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lunes, 3 de agosto de 2020

Marciano Cantero y la historia de "La muralla verde", el gran hit de Los Enanitos Verdes


Los Enanitos Verdes habían debutado discográficamente en 1984, de la mano de un disco que lleva su nombre por título. Un álbum que significó una más que digna carta de presentación. Si bien aquél primer disco obtuvo una mediana repercusión en la crítica especializada y en el público, entre su material sobresalía "Aún sigo cantando", un muy buen tema grabado a dúo con David Lebón que dejaba entrever un promisorio futuro compositivo de la banda mendocina.

Dos años después, la historia del grupo daría un salto de calidad y popularidad inusitado gracias al lanzamiento de Contrarreloj, su segundo álbum de estudio, que contó con la producción artística de Andrés Calamaro. Canciones como "Cada vez que digo adiós", "Tus viejas cartas", "Simulacro de tensión" y "Sólo dame una oportunidad" pronto comenzaron a sonar asiduamente en las radios, lo que generaba una expectativa cada vez mayor alrededor de la agrupación. Sin embargo, el golpe de gracia llegó a través de "La muralla verde", su primer gran éxito con el que Los Enanitos Verdes recorrieron toda la Argentina y gran parte de América Latina.



El tema surgió a bordo de un micro durante una gira por el país en el año 1985. Por ese entonces nos había contratado Piero como su banda de apoyo y con él recorrimos toda la Argentina y varios países latinoamericanos durante poco más de un año", relata Marciano Cantero, voz líder y bajista de Los Enanitos Verdes. "En la parte trasera del micro había unos colchones donde nos tirábamos a descansar. Allí estaba yo un día con la guitarra componiendo y salió 'La muralla verde'. Al principio tenía un estilo ska, un poco más rápido que la versión final, y la dejé registrada con un grabador portátil. No recuerdo si grabé el tema completo pero, al menos, estaban el estribillo y toda la primera estrofa, la que dice: 'Estoy parado sobre la muralla que divide / todo lo que fue de lo que será'. Y, de alguna manera, eso le daba a la canción una condición casi metafísica, tanto como ilusión, pasado y futuro, y como si la vida fuera una película. Eso fue lo que más me encantó de la idea del tema, que habla de la esperanza, de que, a veces, cruzando determinada frontera, tu vida va a cambiar y puede llegar a ser increíblemente mejor o no. Siete meses después de haber terminado la gira con Piero, me puse a revisar esas grabaciones y cuando apareció 'La muralla verde' la retomé, la grabamos con la banda en un estilo más latino y más tarde se convirtió en un éxito masivo".


 Gracias a un sonido pop sólido y contundente y un estilo que iba de pasajes muy bailables a otros más relajados y contemplativos, Contrarreloj consolidó a Los Enanitos Verdes como banda popular, con un Andrés Calamaro que, desde su rol de productor, tuvo un papel significativo y determinante no sólo en el resultado final del disco sino particularmente en la canción en cuestión


Con Andrés nos conocimos en Sadaic, en la época en que él había grabado su primer disco solista. El se presentó muy amablemente, nos pusimos a charlar y, cuando tiempo después, la compañía CBS nos propuso a Calamaro como productor de nuestro segundo álbum, a nosotros nos pareció genial", rememora Cantero. "Creo que Andrés fue parte integral de Contrarreloj y, de hecho, hubo una sugerencia suya en relación a 'La muralla verde' que aún la tengo muy presente: me dijo que en el estribillo en vez de estirar la palabra 'amor', cantara 'amor, or, or de ayer' (se ríe). Esa cuestión de swing, aunque parezca pequeña, él siempre la dominó con mucha gracia. Más allá de esta anécdota y de su trabajo como productor, sin dudas Andrés en ese disco fue uno más de la banda".

-¿En aquel entonces, cuando terminaron de grabar "La muralla verde", intuían que podría ser un hit o todo lo que sucedió después con el tema aquí en Argentina y Latinoamérica los superó?

Yo creo que si alguien tuviera la posibilidad de intuir que una canción va a ser un éxito esa persona sería millonaria. Me parece que el destino de una canción siempre es un misterio. De hecho, me pasó muchas veces creer que determinado tema sería un hit y al final no lo fue y, de pronto, canciones a las que no les tenía demasiada fe tuvieron una pegada increíble. En el caso particular de 'La muralla verde' todos sabíamos que el tema estaba muy bueno pero nadie imaginó hasta dónde llegaría. Estando en México muchos años después, me pasó que mucha gente me dijo que cuando de chicos iban a bailar, el tema sonaba hasta seis veces por noche en el lugar porque era un éxito total. Sin embargo, me parece que una vez que una canción está grabada dejás de tener el control sobre lo que ocurre entre ella y el público.

Cuando ahora tocamos esta canción en vivo, entre nosotros y el público se produce algo así como un lugar especial de encuentro de las almas. No sé bien cómo explicarlo. Es como un fenómeno que te lleva a un momento de tu vida en el que quizás vos pensabas que ibas a ser feliz cada vez que la escucharas y eso aún sucede. Se genera una comunión muy especial, con todo el público cantando a la par nuestra, lo que siempre me remite a los tiempos más primitivos de la humanidad, donde todos cantaban y danzaban bajo la luz de la luna. Y eso me encanta.

Con el recuerdo del suceso de "La muralla verde" a flor de piel, la formación actual de Los Enanitos Verdes (Felipe Staiti en guitarra, Jota Morelli en batería y el ya citado Marciano Cantero en voz y bajo) no ve la hora de que la pandemia por coronavirus llegue a su fin o, al menos, se aplaque para poder regresar a los escenarios y reencontrarse con sus fans.

"No sé cuándo ni cómo se resolverá este tema de la pandemia para saber finalmente de qué manera continuar. De no ser por esto estaríamos en plena gira de festejo por nuestros cuarenta años de trayectoria. Mientras tanto sólo cabe esperar, pero confieso que me muero de ganas de tocar. Así que cuando las condiciones estén dadas volveremos a salir de gira y, particularmente, me encantaría hacerlo por Argentina", concluye Marciano.

Por: Lun@Azul